El pasado mes de octubre, dentro de los actos institucionales conmemorativos del patrón de la medicina San Lucas, celebrados en el Real e Ilustre Colegio Oficial de Médicos de la Provincia de Sevilla (RICOMS), se me concedió el título de «Médico Ilustre». Este acto institucional constó de el siguiente programa:
«A las 10:30 horas, con una Misa en honor a San Lucas que será oficiada por el sacerdote D. Ignacio Jiménez Sánchez-Dalp en el Salón de Actos Prof. Ramón y Cajal del Colegio.
A su término, y tras la bienvenida del Dr. D. Alfonso Carmona Martínez, presidente del RICOMS, se hará entrega de los Premios Científicos 2019 y se procederá al nombramiento de los nuevos colegiados honoríficos.
A continuación, se hará entrega de Títulos de Médicos Ilustres 2019:
- Dr. D. Ángel López Hernánz, en la modalidad de Médico especialista en Atención Primaria.
- Dra. Dª Dolores Lluch Fernández, en la Modalidad de Médico Especialista en atención hospitalaria
- Dr. D. Jesús Rodríguez Baño, en la Modalidad de Médico Clínico Investigador.
Asimismo, se hará entrega de los Premios Galeno 2019. Este año se otorgan, a título individual, al:
- Dr. D. Ángel Bernardos Rodríguez.
- Proem-Aid, en la modalidad institucional.
Por último, se procederá a la Lectura del Juramento Hipocrático, y tras la clausura del acto por parte del Dr. Carmona Martínez, presidente del RICOMS, se cerrará la celebración con una copa de confraternidad en la sede colegial.»
Mi discurso de agradecimiento fue el siguiente:
«Buenos días. Señor presidente, autoridades, estimados colegas, amigos y familiares que nos acompañáis en este acto:
Los médicos de atención primaria, somos especialistas en medicina familiar y comunitaria, algunos ejercemos nuestra profesión en pueblos pequeños, nos identifican por ello como médicos rurales.
Yo, además llevo ejerciendo mi profesión en Cañada Rosal desde hace más de 30 años, con una peculiaridad… vivo con mi familia en el sitio donde trabajo, estoy integrado como médico en mi comunidad, de forma parecida aunque salvando las distancias, a como lo hacían los antiguos médicos rurales a principios del siglo XX.
Nuestra labor, alejada geográficamente de los centros donde se toman decisiones, a veces es poco perceptible, personalmente he tenido la suerte de que lo sea por mi visibilidad en las redes sociales, como consecuencia de ello quizás esté hoy aquí.
Una vez aquí, al buscar los motivos que han determinado este honor que se me concede hoy, he detectado tres fundamentalmente: mi familia, mis pacientes y mis compañeros de trabajo.
Por ello quiero dar las gracias a mi familia, mi mujer y mis hijas, porque son el equilibrio y armonía perfectos para que un médico como yo, sea feliz en su trabajo.
Gracias a mis pacientes habituales vecinos de Cañada Rosal y a los que atiendo en mi turno de urgencias de La Luisiana y El Campillo, porque sin ellos el trabajo de un médico con vocación de servicio como yo no tendría sentido.
Gracias a mis compañeros de trabajo diario, porque es más fácil realizarlo con ellos al lado.
Un médico está acostumbrado al agradecimiento de sus pacientes, no lo está tanto a que sus colegas reconozcan su trabajo, por eso mi enhorabuena a mis colegas que reciben hoy alguna distinción y mi agradecimiento al Real e Ilustre Colegio Oficial de médicos de Sevilla por concederme a mí este título, con lo que ahora además de ser un médico rural considerado en extinción, casi un patrimonio cultural de la historia de la medicina, seré también un médico ilustre. Gracias por ello.»
Según el diccionario de la lengua, una persona o institución ilustre es aquella que es muy conocida por haber hecho algo importante o sobresalir en alguna actividad. Esto no conlleva ninguna cuantía económica, sólo un título en un pergamino y una placa. Pero si entraña un reconocimiento público y un compromiso futuro para mí de gran responsabilidad, mayor si cabe con mis pacientes, mis compañeros de trabajo y con la sociedad en la que vivo.
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