Llevo años denunciando la situación de mi área sanitaria, el abuso de situaciones de no sustitución que hace que en un pueblo donde debería haber dos o tres médicos (según los años de la denuncia) más la pediatría, muy a menudo y de forma reiterada, puede haber sólo uno, eso sí acompañado, faltaría más por un administrativo en recepción y por uno o dos enfermerxs que también atienden pacientes, esto me ha acarreado algunos problemas con el que manda en mi área sanitaria.
La situación es tan habitual que tanto instituciones, organizaciones, pacientes e incluso yo mismo, ya no lo detectamos como una agresión a la sanidad pública de calidad. Es cierto que en el último semestre por los cambios que han introducido en mi agenda, no alcanzo a atender los 80-90 y hasta 100 pacientes de antaño, porque mi actitud además ha cambiado, he decidido atender a los pacientes que puedo, con el tiempo necesario para ellos sin derrocharlo, pero también es cierto que como consecuencia, no puedo atender a todos los que llegan o los atiendo con cierta demora. No soy imprescindible y si no puedo yo, hay puntos de urgencia de atención primaria y hospitalarios cercanos en los que pueden ser atendidos.
Podría entenderse que esta situación se da porque estamos en situación de pandemia, pues no, esta es la situación de menosprecio que venimos sufriendo los trabajadores sanitarios y no sanitarios de esta área de salud desde hace muchos años, porque lo hemos permitido todos y hemos dejado que los responsables campen a sus anchas como si esto fuera suyo.
Estamos en tiempos de reflexiones, donde cada uno deberá aportar soluciones, porque sino esta seguirá siendo un área sanitaria famosa, conocida entre los profesionales por algunos de los que la dirigen desde hace años.
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