Mi primera experiencia con la medicina rural
Yo tenía o, mejor dicho, tengo un blog pero está parado. Lo empecé como una terapia a la que yo denominaba “mi Bloguerin 400 mg”. Cuando tenía una cosa que me hacía saltar, que me sulfuraba o cuando simplemente quería comentar algo empezaba a teclear y surgían las palabras una detrás de la otra. Ahora hace tiempo que no lo hago, pero hoy he leído otra de las aportaciones al blog de Don Ángel y en una tarde de montaña con tormenta he cogido el ordenador y he abierto una hoja en blanco.
No voy a deciros cosas de la medicina rural que seguro que otros ya os han dicho, voy a hablar de mi primera experiencia con la medicina rural…y es toda pura verdad.
Yo nací el 11 de agosto, era domingo y hacia tormenta, tal vez por esto hoy estoy inspirada. Soy la segunda de 5 hermanos así que se podía esperar un parto más tranquilo que el primero, pero nada de eso fue así. Mis padres, mis abuelos y mis tíos veraneaban en un pueblo del interior de la provincia de Tarragona llamado Vallfogona de Ruicorb que actualmente forma parte de la comarca de la Conca de Barberà pero que en ese momento era…la provincia de Tarragona.
Mi madre tuvo a bien ponerse departo sobre las 6 de la mañana y empezaron los preparativos para nacer en Tarragona, es lo que tocaba. Se suben a los coches y empieza la caravana. Tiempo de llegada esperado algo más de una hora. Tengo que decir que un tío político que allí estaba era el ginecólogo, pero no le vamos a quitar mérito a lo que pasó. Y lo que pasó fue que la menda decidió nacer por el camino, concretamente en un pueblo llamado Rocafort de Queralt (no me negareis que el nombre tiene categoría) en casa del médico del pueblo, que más tarde supe que se llamaba Dr Barreda. En el parto, según me han contado siempre, estaban presentes el médico del pueblo vecino Sarral y un hijo del Dr. Barreda que estudiaba medicina o había acabado hacia poco y que resulta que fue pediatra (igual mi linda carita le hizo despertar la vocación ja,ja). La esposa del doctor nos prestó mis primeros trapitos y en lugar de seguir hacia Tarragona los coches dieron media vuelta y volvieron al punto de partida. Decir que mi abuelo materno estuvo a punto de morir de un infarto cuando, al llegar a la clínica en Tarragona y preguntar por su hija le dijeron que allí no había llegado nadie
Lo curioso del tema, y razón por la que yo digo que mi destino estaba escrito en las estrellas, es lo siguiente. En Vallfogona las casas de veraneo eran chalets de principio de siglo con nombre específicos y el nuestro era “La Salut”…tú mismo. Pero la cosa no acaba aquí. Antes los bautizos se celebraban pocas semanas después de nacer y en mi caso fue el 18 de agosto en la iglesia del pueblo. Esto no tendría nada de especial si no fuese porque en 1606 fue nombrado rector de dicha iglesia Francesc Vicent Garcia que fue el primer gran escritor de la literatura barroca catalana y mira tú por donde el rector había nacido en Tortosa, ciudad donde hice la especialidad de medicina de familia, donde vivo y cerca del pueblo donde ejerzo, un pueblo estupendo de gente aún más estupenda llamado Tivenys (si, los pueblos a los que estoy ligada no tienen nombres fáciles, lo reconozco)
En mi familia no hay ningún médico antes que yo y resulta que yo nazco por el camino, paso mis primeros días en el chalet de “La Salut” y acabo trabajando en un pueblo cercano a Tortosa donde era el rector de Vallfogona ¿no os parece que ser médico de pueblo estaba escrito en mi destino? Yo creo que sí y que mi primera experiencia con la medicina rural ese 11 de agosto rodeada de médicos me hizo pensar nada más salir ¡yo quiero ser como vosotros! …y lo soy y bien contenta que estoy
Beatriz Satué Vallvé
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