Ser médico rural en el 2022.
Recientemente, a raíz de la no cobertura de las plazas de atención primaria de la convocatoria del MIR 2022 y la consiguiente ola de consternación y preocupación que desencadenó, Roser Marquet (https://twitter.com/rosermarquet), médica de familia de la población catalana de Sant Cebrià de Vallalta (provincia de Barcelona), decía que la “medicina de familia es la especialidad más difícil, tienes que saber mucho de las otras especialidades y no puedes utilizar el argumento de que “esto no es cosa mía””. A demás añadía que para hacer esta especialidad hacía falta “vocación, coraje y autoconocimiento emocional”. Finalmente reblaba: “si quieres fama y reconocimiento mediático, no es tu especialidad”.
Esto que decía la compañera Roser aún es más acusado en la medicina rural, ejercida en su gran mayoría por médic@s de familia y podría explicar el hecho de que la mayoría de plazas de medicina de familia que han quedado vacantes son en zonas rurales. En las zonas rurales, l@s médic@s deben ser especialistas globales y tienen que saber mucho más de todo y sobre todos los rangos de edades, desde niños, a embarazadas o gente mayor a los que acompañas hasta el final de sus vidas. Se tiene que ser especialista en urgencias, porqué los servicios de emergencias tardan tiempo en llegar a las zonas rurales y porqué los pacientes no quieren ir a urgencias hospital por problemas que no sean “realmente urgentes”. Por supuesto, en zonas rurales difícilmente tendrás algún tipo de reconocimiento mediático, porque esto siempre se reserva a los grandes hospitales de grandes ciudades, aunque si tendrás el reconocimiento diario de los pacientes, que, a mi parecer, es lo realmente importante.
En la medicina rural, es común también que l@s médic@s vivan cerca o incluso en la misma zona geográfica donde trabajan. Esto que puede tener sus inconvenientes, es muy útil para entender mejor el contexto social y cultural de los pacientes y para dar una asistencia integral que realmente cubra los aspectos biopsicosociales de los pacientes.
Cuando se pregunta a jóvenes médic@s de familia que acaban el MIR porque no escogen destinos rurales, suelen decir que es porque les da miedo el hecho de estar lejos de un hospital y estar solos en el centro de salud. Yo les diría que, aunque puede que sean el único médic@ de la zona, no estarán solos porque en el medio rural es donde se entiende mejor lo que es trabajar en equipo y de manera coordinada. Es vital trabajar conjuntamente con el personal de enfermería, trabajo social y administrativo del centro, pero además también con los servicios sociales municipales, las oficinas de farmacia locales o las asociaciones del ámbito civil y cultural. Otro miedo que expresan los jóvenes médicos de familia es el hecho de perder oportunidades de formación o de ejercer la docencia si se trasladan a zonas rurales. Estas creencias están cambiando ya que con las nuevas tecnologías es cada día más fácil formarse y estar al día sin necesidad de asistir presencialmente a los cursos en las ciudades. En cuando a la docencia, al menos en Catalunya, cada vez está más solicitada la rotación rural de médic@s de familia en formación (aunque parezca contradictorio…), hecho que brinda oportunidades docentes y un primer paso para ser tutores de residentes. Además, están surgiendo Facultades de Medicina más pequeñas con vocación de servicio al territorio como por ejemplo la Universidad de Vic-Universidad Central de Catalunya que ofrecen oportunidades docentes a médic@s generalistas (de familia o medicina interna) del territorio.
Yo que soy un enamorado de la medicina rural quisiera acabar este artículo diciendo que, en plena crisis existencial de la medicina de familia, la medicina rural supone un retorno a los valores fundamentales de esta, que se han ido perdiendo y/o laminando a lo largo de los últimos años: atención integral, integrada, continuada y longitudinal, proactiva, accesible, en equipo, comunitaria y participativa, docente e investigadora. Creo que la recuperación de estos valores nos indica el camino por donde debe empezar el resurgir de nuestra querida especialidad.
Josep Vidal i Alaball
Médico de Familia del Equipo de Atención Primaria de Navàs-Balsareny / responsable de la Unidad de Investigación e Innovación.
Gerència Territorial de la Catalunya Central. Institut Català de la Salut.
Profesor Agregado Salut Familiar y Comunitaria.
Universidad de Vic-Universidad Central de Catalunya
Josep, tu siempre en la primera línea para defender al paciente y al servicio público y constante en el campo de la docencia y le investigación. ¡Que gran médico!!